miércoles, 22 de septiembre de 2010

En esta publicación hacía referencia a una ocasión en la que me quede observando, largo rato, por la ventana de mi casa, en unas  de  esas  tardes en que no se tiene  ánimos  de  nada, y lo que mire inspiro el texto que publico a continuación y evoca mi propia infancia.









La caja
una mañana, sin saber por que, me asome a la ventana, desde ella se miraban las cosas cotidianas y monótonas que en ese tipo de marcos se  suelen encerrar, pero había un punto en particular que me pareció diferente, opte por concentrarme en el , este ya no solamente era un punto de luz que percibían mis ojos se convirtió en una figura , en la figura de un niño que jugaba entre hiervas crecidas por las lluvias  que para estas épocas suelen caer, lo rodeaban, también , ramas y cartones , procuraba colgar una vieja tela, al parecer de una sombrilla, que  estaría  haciendo me  pregunte, lo observe por largo rato, la  imagen de pronto me fue familiar pues me recordó mi infancia, esa en la que la caja del televisor a color que compraría mi papa me parecía mas interesante  que el televisor en si mismo, una simple caja en donde cabían mundos infinitos de imaginación, aventuras épicas en donde  derrotaba dragones, otras espaciales en donde recogía minerales lunares, otras militares en donde conducía un gigantesco tanque de guerra en el que eliminaba ejércitos nazis y miles de miles de aventuras mas que hacían que los días se pasaran volando y llegaran las noches para dormir anhelando despertar para volver a soñar.
Pero poco a poco paso el tiempo, me pregunto donde se habrá quedado esa caja de infinita capacidad, quisiera tenerla de nuevo para refugiarme en ella días enteros imaginando un mundo ideal lleno de fantasías y sonrisas, ese  en el que no hacia falta nada mas que tu papa y tu mama, pero vuelvo a la realidad, esta en la que debes trabajar, en la que  el dinero , aun que no queramos , es requisito, por que “tenaz ser un don nadie” si  estuviera en mi escoger me quedaría en ese mundo de niño, en ese en el que el tiempo no existía y no en este en el que al mismo ya se  le a  asignado valor por que “el tiempo es oro”
Un mundo ideal seria uno en el que los niños no crecieran, uno en el que las nubes parecen ser de miles colores, las  aguas dulces más dulces, las frutas rojas mas rojas, las verdes mas verdes, uno en el que la vida valga lo que realmente tiene que valer, uno en el que se mata sin matar.
Desearía existiera una gran caja en donde meter al mundo completo para que esta demencia  enfermiza  que mata, que provoca sufrimiento y desolación, hambre y destrucción, sea mas que una jugarreta de  imaginación, tan solo una caja.

POR  LUIS ANDRES MEJIA VILLOTA
24/08/2006





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