Homenaje al Dr. Armando Coral
Burgos
No es un adiós, es solo un hasta
luego.
14/10/2014
14/10/2014
Ha sido cada palabra, cada uno de
sus comentarios jocosos de tan buen gusto pero siempre pertinentes en el
momento de guiar a sus estudiantes, compañeros y colegas. Toda esa experiencia que, desde los pilares,
fue fundamental para que una facultad de medicina tenga el renombre que, ahora,
tiene en la región.
“siento decepcionar a las
personas que amablemente evocan, en mí, una forma poética en el momento de hablar, pero ahora no me encuentra
la musa de la inspiración […]”
Con estas palabras el Dr. Coral inicio su discurso de agradecimiento en el homenaje
sus ex alumnos prestaron por sus años de
servir y aportar a la construcción de una Universidad para la gente.
La generosidad es una
característica distintiva de los hombres buenos, Cuando quien la posee la
manifiesta en medio de la competitiva vida académica de una Facultad de
Medicina, en medio del día a día, en medio de la vida familiar y en general en
cualquiera de las situaciones que el ser humano experimenta, se va creando a su
alrededor un circulo creciente de agradecimiento, admiración y respeto. Si
además hay una particular dedicación y gusto por enseñar y compartir con los
estudiantes las experiencias e inquietudes en la práctica de la medicina se
configura así a la distancia la figura de un docente de sus características. Al
aproximarnos más para conocer mejor los detalles de esta imagen tan interesante
nos encontramos y reconocemos fácilmente al Dc. Armando Coral Burgos.
“Con el Dr. Coral la enseñanza y
la práctica de la docencia era espontánea, directa, sencilla, amena y familiar
pero no por eso dejaba de ser exigente […]” manifiesta uno de los egresados
presentes en el acto de reconocimiento. Se
considera un amigo más con sus estudiantes y compañeros con los que compartía momentos jocosos mostrando ese
humor fino que lo caracteriza sin importar el plano amistoso o el profesional,
Alternaba armónicamente experiencias, consejos, anécdotas y conceptos. En él se
podía encontrar al auténtico dar sin esperar recompensa. Considera que “la
docencia es una expresión de generosidad que por su valor permanente y efecto
multiplicador toca tangencialmente la eternidad […]” lo que nos muestra que la
musa de su inspiración poética poco a poco lo encuentra. Él cree firmemente que
“lo que es realmente nuestro es todo aquello que podemos dar para construir la
sociedad que soñamos. El resto no nos pertenece, es efímero.”
El Dr. Coral es un hombre muy conversador
tiene la facilitar de compaginar con personas muy distintas, tal vez esa
característica le ha facilitado hacer tantos amigos y más importante aún
contactos estratégicos que lo han llevado a que su trabajo rinda frutos, dice
sentirse satisfecho pese a no haber cumplido su sueño pues hubiera querido ver
una clínica universitaria en donde los estudiantes cumplan sus prácticas y a la
ves beneficien a la sociedad.
“este largo paso por las etapas
de la vida me ha enseñado muchas cosas, como es el amor por una profesión, el
amor por los hijos, La tristeza de perder a una buena madre, la pena de perder
a una compañera, ver crecer unos hijos y verlos partir para sentir lo que es la
soledad, sentir a la Universidad como
esa nueva familia de la que me alegrare a la distancia con sus triunfos.”
Un hombre caracterizado por su
prudencia, generosidad, sencillez, lealtad, valor, moderación y sobre todo por
la alegría. Ahora lo imagino comenzando
otra etapa de la vida, entrando a una tienda para provisionarse y recargarse de
esos valores que lo caracteriza, para alejarse silbando por un camino más
tranquilo.

