miércoles, 4 de noviembre de 2015

Articulo que escribí en el segundo semestre de 2014 en homenaje de el Dr. Coral. Quien por mas de 18 años aporto al crecimiento de la facultad de medicina de la UCC Pasto.


Homenaje al Dr. Armando Coral Burgos
No es un adiós, es solo un hasta luego.
14/10/2014

Ha sido cada palabra, cada uno de sus comentarios jocosos de tan buen gusto pero siempre pertinentes en el momento de guiar a sus estudiantes, compañeros y colegas.  Toda esa experiencia que, desde los pilares, fue fundamental para que una facultad de medicina tenga el renombre que, ahora, tiene en la región.
“siento decepcionar a las personas que amablemente evocan, en mí, una forma poética en el  momento de hablar, pero ahora no me encuentra la musa de la inspiración […]”
Con estas palabras el Dr. Coral  inicio su discurso de agradecimiento en el homenaje sus ex alumnos  prestaron por sus años de servir y aportar a la construcción de una Universidad para la gente.
La generosidad es una característica distintiva de los hombres buenos, Cuando quien la posee la manifiesta en medio de la competitiva vida académica de una Facultad de Medicina, en medio del día a día, en medio de la vida familiar y en general en cualquiera de las situaciones que el ser humano experimenta, se va creando a su alrededor un circulo creciente de agradecimiento, admiración y respeto. Si además hay una particular dedicación y gusto por enseñar y compartir con los estudiantes las experiencias e inquietudes en la práctica de la medicina se configura así a la distancia la figura de un docente de sus características. Al aproximarnos más para conocer mejor los detalles de esta imagen tan interesante nos encontramos y reconocemos fácilmente al Dc. Armando Coral Burgos.
“Con el Dr. Coral la enseñanza y la práctica de la docencia era espontánea, directa, sencilla, amena y familiar pero no por eso dejaba de ser exigente […]” manifiesta uno de los egresados presentes en el acto de reconocimiento.  Se considera un amigo más con sus estudiantes y compañeros con los que  compartía momentos jocosos mostrando ese humor fino que lo caracteriza sin importar el plano amistoso o el profesional, Alternaba armónicamente experiencias, consejos, anécdotas y conceptos. En él se podía encontrar al auténtico dar sin esperar recompensa. Considera que “la docencia es una expresión de generosidad que por su valor permanente y efecto multiplicador toca tangencialmente la eternidad […]” lo que nos muestra que la musa de su inspiración poética poco a poco lo encuentra. Él cree firmemente que “lo que es realmente nuestro es todo aquello que podemos dar para construir la sociedad que soñamos. El resto no nos pertenece, es efímero.”
El Dr. Coral es un hombre muy conversador tiene la facilitar de compaginar con personas muy distintas, tal vez esa característica le ha facilitado hacer tantos amigos y más importante aún contactos estratégicos que lo han llevado a que su trabajo rinda frutos, dice sentirse satisfecho pese a no haber cumplido su sueño pues hubiera querido ver una clínica universitaria en donde los estudiantes cumplan sus prácticas y a la ves beneficien a la sociedad.
“este largo paso por las etapas de la vida me ha enseñado muchas cosas, como es el amor por una profesión, el amor por los hijos, La tristeza de perder a una buena madre, la pena de perder a una compañera, ver crecer unos hijos y verlos partir para sentir lo que es la soledad,  sentir a la Universidad como esa nueva familia de la que me alegrare a la distancia con sus triunfos.”
Un hombre caracterizado por su prudencia, generosidad, sencillez, lealtad, valor, moderación y sobre todo por la alegría.  Ahora lo imagino comenzando otra etapa de la vida, entrando a una tienda para provisionarse y recargarse de esos valores que lo caracteriza, para alejarse silbando por un camino más tranquilo.